Si te llevo a mis letras tal vez no te acostumbres,
a volar con la prisa de un suspiro en la tarde,
a sentir los aromas que los vergeles botan,
a llenar las ausencias de versos y tonadas,
remedando colores en cada nostalgia.
Si te llevo en mi pecho es porque estas presente,
dondequiera que fluya un manantial de calma,
porque adornas mi canto con suave melodía,
esa que escucho solo y que nadie mas abraza;
por ser de la entereza requerida del alma.
Si estas conmigo siempre, porque es que me preguntas:
¿Donde es que te atesoro y porque no te he olvidado?
¡la respuesta la tienen las hermosas querencias,
que se envuelven de sol cuando veo la mañana;
avivando la fuerza que el corazón reclama!...
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