Pinto con el pincel del verso,
y canto con voz de sentimientos,
haciendo eco desde la montaña,
con el agua que sale de su entraña,
y vuela en nubes a esposar los vientos,
paseándose por sobre riscos tersos.
Me dejo ir con el sonido de las aves,
desde la mañana campestre de mi entorno,
a cruzar fronteras de gritos en libertad,
y es que cuando se ama esta verdad,
todo el ser se convierte en un horno,
y es como volcán de efluvios suaves.
Mi gente es mi tesoro más preciado,
su manera de ver y de sentir,
se arraiga en mi memoria y en mi paso,
siendo el alba y también el ocaso,
que en mi pecho deja un latir,
y en mi boca, el más fino bocado.
¡Ah mundo!, esa nostalgia por venir,
de nuevo a contemplar este paisaje,
el verde de las colinas; su aroma,
la bruma que se va como paloma,
feliz de estar despierta en su viaje,
y no querer de esta tierra partir.
Sepa paisano mío, que usted va en mí.
Sépalo serranía, que me la llevo;
adonde vaya siempre pues me debo,
al amplio panorama aquel que vi,
cuando abrí los ojos, siendo nuevo:
Sintiendo el ansia plena de vivir...
…DOUGLAS ANGULO MONTILLA…copyright…
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